Para esta entrada hemos querido presentar una poesía del insigne Domingo Ramón Hernández ( 1829 - 1893 ), luego daremos nuestra interpretación de la misma indicando de antemano la presencia de lecciones de vida.
ALAS DE MARIPOSA
Ráfaga de luz y grana
Mostraba allá en el oriente
El crepúsculo esplendente
Precursor de la mañana.
En los cálices silvestres
De recién nacidas flores
Lucían sus mil colores
Las mariposas campestres.
Un niño las perseguía,
Y arrancándoles las alas,
Todas sus brillantes galas
En una mano escondía.
Mostró el sol sus rayos de oro,
Y el niño alegre y ufano
Abrió la cerrada mano
Para mirar su tesoro.
-!Qué es esto! exclama al momento
El incauto simplecillo,
Viendo un ligero polvillo
Que se disipa en el viento.
-¿De qué te asombras, mi amor,
Calma su madre querida,
Si es polvo la humana vida,
Polvo la planta y la flor?
Ese despojo que vuela
Y que a tus ojos se esconde,
Mejor que yo te responde
y el triste fin te revela.
Calló la madre amorosa:
Y él en edad tan temprana
Vió escrita la ley tirana
Con alas de mariposa.
Domingo Ramón Hernández: nació en Caracas en 1829, y es uno de los poetas cuyo nombre es más popular en Venezuela. Siguió a Maitín y a Abigail Lozano como poeta romántico, sin la sensiblería del primero, y con verso más ágil, más puro, mucho mejor que Lozano. No hizo estudios académicos y su cultura literaria la hubo a esfuerzos propios. Murió después de haber pasado largos años bajo el dolor de la ceguera (Extraído de: Mario Briceño - Iragorry. 1953. Lecturas venezolanas, Ediciones Edime).
En el Génesis 3:19 se establece la siguiente máxima: